viernes, 9 de abril de 2010

Reseñas de La última noche de Hipatia, de Eduardo Vaquerizo

Han aparecido recientemente tres nuevas reseñas de La última noche de Hipatia de Eduardo Vaquerizo:

Hislibris

Literatura Fantástica

Bem On Line

Ahora que ha pasado el vendaval mediático que suscitó la película Ágora de Alejandro Amenábar, y que como es sabido vino acompañado de la publicación de una docena larga de libros sobre Hipatia, creo que es posible evaluar con mayor ecuanimidad la aportación de Eduardo Vaquerizo.

En primer lugar, aunque debería resultar obvio, no está de más subrayar que una cosa es la ocasión de la escritura de una novela, y otra la oportunidad de su publicación. El caso de La última noche de Hipatia es paradigmático: Vaquerizo la escribió, en su primera versión, hace más de diez años. De hecho, yo oí hablar por primera vez del personaje histórico de Hipatia a raíz de ese proyecto. El autor, insatisfecho con el resultado (de aquélla estaba poco familiarizado con el formato largo), lo dejó a un lado temporalmente, a la espera de retomarlo. Luego, la escritura de Danza de tinieblas y su buena recepción crítica le proporcionaron más experiencia y confianza ante las extensiones de novela, y gracias a la insistencia de sus amigos, recuperó el proyecto cuando empezaba a sonar con fuerza el próximo estreno de la película de Amenábar. Pudimos así editar la novela unas semanas antes del estreno, pero a quien piense que esto es el colmo del oportunismo sólo cabe decirle que desconoce cómo funciona el mercado editorial: la fecha ideal de publicación habría sido varios meses antes.

Con sus nuevas armas literarias, Vaquerizo reescribió la novela original hasta mejorarla sustancialmente. El texto requirió muy poca intervención por mi parte, más allá de alguna sugerencia sobre el etiquetado de los capítulos y la habitual revisión de estilo y de consistencia. En algún momento pensé que la novela mejoraría adelantando alguno de los capítulos centrales, pues el comienzo es moroso, pero comprendí que su estructura estaba tan bien pensada que se resentiría si se alteraba el orden de los elementos. Lo que sí que aporté fue la idea de añadir al final el relato "Habítame y que el tiempo me hiele" (escrito en la misma época del proyecto original de la novela), someramente revisado para que casase con la versión definitiva del texto. Ese relato complementaba muy bien a la novela al situar en su contexto la peripecia de la protagonista, Marta, además de narrar otro caso trágico de viaje temporal.

¿Cuál es, entonces, el valor literario de La última noche de Hipatia? Se ha subrayado en las reseñas que la reconstrucción histórica es magnífica, no en lo documental (que también), sino sobre todo en lo sensorial: en cada uno de los hilos de la trama, a cargo de una voz diferente (Marta, Hipatia, Cirilo, Orestes), el lector se ve invadido por las sensaciones físicas del desierto, los palacios, las instalaciones de investigación, y especialmente ese grandioso escenario que es Alejandría, una ciudad palpitante y colorida.

Más interesante me parece señalar que Vaquerizo opta por una idea del viaje temporal alejado de la aventura o de las paradojas, y se centra en la interesante noción de que los voluntarios para dicho viaje serían, necesariamente, unos inadaptados en su propia época. Es el viajero del tiempo como neurótico, algo ya explorado anteriormente (la referencia obvia es la novela corta He aquí el hombre de Michael Moorcock), pero que en la novela de Vaquerizo alcanza cotas de obsesión: la alabada sensorialidad de la recreación es, en parte, fruto de la hipersensibilidad de la narradora principal, Marta. Compárese la forma en que ésta es avasallada por la realidad del siglo IV d.C. con la reacción cerebral de Hipatia cuando se ve en una situación equivalente (y probablemente más difícil).

Con su potente carga sensual, su gancho de actualidad, su combinación de géneros, su tema fantástico adaptado a la comprensión de cualquier público, su contenido refexivo y su espectacularidad, La última noche de Hipatia marca uno de los caminos posibles para la popularización de la ciencia-ficción española.

1 comentario:

  1. No puedo estar más de acuerdo, Luis.
    Un acierto de novela y de publicación, por más que su ésta se haya hecho coincidir (aunque en esencia fuera previa) con la película de Amenábar. Un oportunismo muy positivo en todos los sentidos.

    Mariano Villarreal

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