Os traigo otra reseña de El ladrón cuántico de Hannu Rajaniemi:
C
Así comienza:
"Como todo ser humano, tengo mis debilidades. En lo que a la literatura se refiere, una de las muchas recae en mi predilección por las editoriales que tienen una línea más o menos clara; sellos que dejan entrever la personalidad de su editor. Una "marca" que, sin ser excluyente, va más allá de la temática, de seleccionar novelas con premio o la búsqueda de meros pelotazos. Un compromiso con una visión de la narrativa, no presente en todos y cada uno de los títulos pero sí fehaciente en una mayoría suficiente, que invita a conocer libros sobre los que apenas tienes información.
Ya he hablado alguna vez de mi sintonía con la visión de Paco Porrúa y su Minotauro o con Alejo Cuervo, su etapa detrás de Martínez Roca o gran parte de los primeros años de Gigamesh. Y con independencia de las diferencias de criterio o los borrones que se pueden encontrar, me ocurre otro tanto de lo mismo con Luis G. Prado y sus sellos Bibliópolis, Marelle y Alamut. Además tiene algo que cada vez echo más a faltar en este mercado editorial repleto de retruécanos, medias verdades y colaboradores disfrazados de lectores de base que vocean y vocean como si no tuvieran relación alguna, sin ningún tipo de autocrítica. Acostumbra a hablar claro, dar los datos objetivos (que puede) y vender sus productos como lo que suelen ser." Leer más en C
Sobre El ladrón cuántico en este mismo blog podéis encontrar una y dos reseñas anteriores, un interesante artículo de su traductor, y la presentación que le dediqué a su publicación.