miércoles, 30 de junio de 2010

Cyberabad Days, de Ian McDonald

Anónimo preguntó:

Yo tengo más preguntas, una más en concreto: ¿habéis pensado en publicar Cyberabad Days, de Ian McDonald? Tiene pinta de ser impresionante y está claro que La Factoría no va a publicarla. ¿Por qué no vosotros?

Confieso que he leído poquísimo de Ian McDonald, así que no tengo ni idea de cuán deseable puede ser la edición de Cyberabad Days (aunque tomo nota de tu entusiasmo). Supongo que desesperas de que la publique La Factoría de Ideas, que en los últimos años ha editado varias novelas de McDonald, porque se trata de una colección de relatos. Bueno, cosas más raras se han visto.

lunes, 28 de junio de 2010

The Lifecycle of Software Objects, de Ted Chiang

Ultra VGA dijo:

Una sesión doble [de Ted Chiang], como los clásicos de Ace, en plan tête-bêche, con "The Lifecycle of Software Objects", también podría quedar de lujo.

Gracias a tu recomendación pedí el texto del relato largo de Chiang a su agente y he podido leerlo antes de su publicación. Me ha encantado, aunque le veo difícil acomodo con "El portal del alquimista".

Estoy empenzando a comprender que ningún pie va a encajar en el zapato de mis honorables intenciones de publicar más narrativa de Ted Chiang: creo que lo más adecuado será esperar a que salga su siguiente colección de relatos. Por lo menos, es lo único que se me ocurre que, además de ser una buena idea desde el punto de vista literario, quizá tenga perspectivas comerciales.

lunes, 14 de junio de 2010

Feria del Libro de Madrid 2010: tercer y último fin de semana

La Feria del Libro ha terminado, y aunque hoy todavía estaremos ocupados vaciando la caseta y devolviendo los ejemplares sobrantes a la oficina, tengo un poco de tiempo para contar cómo nos fue en el tramo final y aventurar una primera evaluación.

Antes de nada, os copio la lista de los títulos más vendidos en la Feria de 2010. Es provisional, pues se basa en los datos tomados durante la Feria, y sabemos que éstos contendrán errores (que se subsanarán en las cuentas finales al contrastar el número de ejemplares vendidos con el dinero ingresado: suelen faltar de los primeros y sobrar de lo segundo, lo que revela errores de anotación que pueden resolverse muy fácilmente), pero dudo que la lista final con las cifras corregidas resulte en un orden sustancialmente diferente. También incluye más títulos que la lista equivalente de 2009, para reflejar que este año se vendieron muchos más ejemplares de más títulos (véase más abajo la evaluación del resultado económico). Esto permite además aportar más información, al evitar que los excelentes resultados de los títulos de Sapkowski eclipsen demasiado al resto. Como en el caso de la lista del año pasado, indico el sello editorial o el formato si estuvieron a la venta varias ediciones de un mismo título:

1. La dama del lago 2 (Alamut), de Andrzej Sapkowski

2. La dama del lago 2 (Bibliópolis), de Andrzej Sapkowski

3. El águila en la nieve, de Wallace Breem

4. El último deseo (coleccionista), de Andrzej Sapkowski

5. El último deseo (Alamut), de Andrzej Sapkowski

6. Trilogía del Imperio, de Isaac Asimov

7. Los tejedores de cabellos, de Andreas Eschbach

8. Las fuentes del paraíso, de Arthur C. Clarke

9. Bóvedas de acero, de Isaac Asimov

10. Visión ciega, de Peter Watts

11. Esperanza del venado, de Orson Scott Card

12. El viaje de Hawkwood, de Paul Kearney

13. La dama del lago 1 (Alamut), de Andrzej Sapkowski

14. Narrenturm, de Andrzej Sapkowski

15. La era de Drácula, de Kim Newman

16. El robot completo, de Isaac Asimov

17. La historia de tu vida, de Ted Chiang

18. Ángeles asesinos, de Michael Shaara

19. La red de Indra, de Juan Miguel Aguilera

20. La dama del lago 1 (Bibliópolis), de Andrzej Sapkowski

21. Relatos completos 1, de Isaac Asimov

22. Hijos de Esparta, de Nicholas Nicastro

23. La espada del destino (Alamut), de Andrzej Sapkowski

24. Hôtel Transylvania, de Chelsea Quinn Yarbro

25. El sol en esplendor, de Sharon Kay Penman

26. Ángeles de acero, de Nicholas C. Prata

27. El cuerpo de la casa, de Orson Scott Card

28. La espada del destino (coleccionista), de Andrzej Sapkowski

29. La edad de oro, de John C. Wright

30. A punta de espada, de Ellen Kushner

31. El enviado de Roma, de Wallace Breem

32. Bautismo de fuego (Alamut), de Andrzej Sapkowski

33. La estación del crepúsculo, de Kate Wilhelm

34. La tarde dorada, de Andrzej Sapkowski y Gallego Bros

35. Tiempo de odio (Alamut), de Andrzej Sapkowski


Hay que precisar que este año se nos volvió a agotar Visión ciega antes del final de la Feria (concretamente, el segundo fin de semana), y esta vez agotado del todo, es decir, que no había ya ejemplares que recuperar de la distribuidora. Calculo que, de haber dispuesto de este título hasta el final de la Feria, probablemente se habría acabado situando entre Trilogía del Imperio y Los tejedores de cabellos.

Lo que me lleva a la primera sorpresa que me he llevado al recopilar la lista: hay que ver cuánta ciencia-ficción hay en las primeras diez posiciones. Y no se trata de un espejismo de ranking: entre Los tejedores de cabellos, Las fuentes del paraíso, Bóvedas de acero y Visión ciega (excluyo Trilogía del Imperio porque es un pequeño fenómeno cuyas ventas no son representativas de las del género), suman un número de ejemplares igual a las dos ediciones de La dama del lago 2. Guau. Esto sí que no me lo esperaba. Por un lado, a lo largo de los años he ido desesperando paulatinamente de poder vender ciencia-ficción buena a sus destinatarios naturales (he comprobado que, en este género, lo que a mí me parece extraordinario, al lector común -¡de género!- le parece poco menos que incomprensible); por otro, se trata de un género al que parece difícil sumar nuevos lectores, al contrario que sucede con la fantasía. Para más inri, varios de esos títulos que hemos vendido francamente bien en esta Feria (y en la pasada) tuvieron una distribución realmente mediocre en su fecha de lanzamiento comercial, como si ni el distribuidor, ni los libreros ni los lectores supieran qué pensar de ellos (caso de Los tejedores de cabellos y Bóvedas de acero), o están sufriendo esa escasa distribución ahora mismo (Las fuentes del paraíso). Pero parece que, cuando los lectores alcanzan a ver ejemplares de estos títulos... los compran. Esto hace verdaderamente difícil resignarse a una distribución insuficiente, pues las pruebas empíricas apuntan a que el problema está en la colocación en librerías y no en la falta de lectores: no creo que pueda sostenerse seriamente la hipótesis de que la Feria del Libro de Madrid sea un nido de fanáticos de la ciencia-ficción.

Naturalmente, parte de estas buenas ventas se deben a que, como explicaba en anteriores entradas, ya comprobamos el año pasado que algunos títulos eran susceptibles de ser recomendados con éxito a los lectores, y este año hemos redoblado los esfuerzos sobre esos mismos títulos. Pero no todo puede achacarse a nuestra innegable capacidad de seducción: otra sorpresa de esta Feria, conexa con la primera, es la cantidad de gente que, ante nuestro anuncio de que teníamos títulos de novela histórica, fantasía y ciencia-ficción, contestaban que preferían este último género. No llevé las cuentas, pero me llamó mucho la atención que era una elección asumida con mucha normalidad, sin rastro de la vergüenza que suponemos que se asocia a la preferencia por un género que no ha conseguido tener buena prensa. Y relacionada con ésta, otra sorpresa menos agradable: de esos centenares de personas que reconocían su afinidad por este género, muy pocas conocían de antemano nuestros sellos editoriales. ¡Y eso que llevamos publicando ciencia-ficción desde 2002! Esto me conduce a una pregunta que me he hecho en los últimos años (como cualquier editor que haya trabajado en este campo) y que no pretendo responder aquí: ¿qué demonios ha sucedido antes de mi época para que haya esta separación entre el género y sus lectores? ¿Cuál es el pecado original de la ciencia-ficción en España?

En cuanto a la experiencia del último tramo de la Feria, como es notorio la semana ha estado extraordinariamente pasada por agua. El lunes empezaron a caer unas gotas, y aunque ha habido claros (notablemente el viernes y el domingo), la sensación era que no paraba de llover, y a ratos diluviaba (el miércoles y el sábado a la hora de cierre cayeron sendas trombas). Todo ello sobre una feria al aire libre, sin apenas sitios donde guarecerse, y rodeada de un enorme parque igualmente desprovisto de refugio. En suma: es un pequeño milagro que, a pesar de todo, cada día hubiera público en la Feria. Y otro milagro que las cifras de ventas, que llevaban un rumbo tan prometedor, no se desplomasen del todo.



A esto hay que añadir que las firmas de Sapkowski, que fueron muy bien el viernes y el sábado por la mañana, se cancelaron el sábado por la tarde a iniciativa del autor, que llegó empapado a nuestra caseta y al grito de "Force majeure!" se fue para el hotel a secarse. (Luego me contó que tiene problemas muy serios de salud con los resfriados, porque si le da un ataque de tos tiene espasmos que le han llegado a romper costillas, y de ahí su inquietud.) A pesar de que no me hizo ninguna gracia quedarme sin una de las firmas programadas en nuestra caseta, y aún menos tener que incumplir otro compromiso con una librería, no puedo evitar simpatizar con Sapkowski: a un escritor al que se invita a Madrid en el mes de junio nunca se le ocurriría que le vamos a tener yendo de charco en charco por una feria claramente no preparada para la lluvia. Afortunadamente, el domingo amaneció soleado y Sapkowski pudo acudir al resto de sus firmas. Con todo, nuestro polaco favorito acabó exhausto, y dado que ya tiene una cierta edad me planteo seriamente limitar sus compromisos en la próxima visita. Cuesta creerlo cuando se lo ve hecho un huracán de vitalidad, pero algún día, más pronto de lo que pensamos y deseamos, Sapkowski nos visitará por última vez.

Como conclusión, y pasando a un tono menos fúnebre, podemos constatar que, a pesar de la lluvia, de la ausencia temporal de Sapkowski en una firma crucial, de la laxitud del público en la segunda semana de la Feria, de nuestro propio agotamiento y de la localización relativamente peor de nuestra caseta este año, las cifras preliminares arrojan un aumento de los ingresos de la Feria de un 26% sobre los del año pasado. Es una proporción que entra en los márgenes de los objetivos que me marqué, y por lo tanto permite felicitarse por lo que a todas luces ha sido un éxito. El año que viene, por lo que a mí respecta, estaremos de nuevo en la Feria del Libro de Madrid e intentaremos mejorar aún más nuestros resultados. Con nuestros títulos y lo que vamos aprendiendo sobre cómo ofrecerlos a los lectores, creo que lo conseguiremos.

miércoles, 9 de junio de 2010

Criterios de moderación

Como ya es sabido, estoy respondiendo en este blog, en entradas dedicadas a ello un par de veces a la semana, a todas las preguntas que los lectores dejan en los comentarios y que está en mi mano responder. El tiempo que transcurre hasta la publicación de las respuestas es a veces considerable, porque procuro que vayan apareciendo en el orden aproximado en que se hicieron las preguntas, pero a un ritmo que no apelotone todas las respuestas una semana y deje la siguiente vacía. Por ello os ruego paciencia a los lectores que esperáis respuesta: sé que este sistema no casa bien con el uso cotidiano de internet, pero es el mejor que se me ha ocurrido para, por un lado, mantener el blog activo, y por otro, evitar que se convierta en un foro o un chat. Esto quiere decir que en ocasiones el plazo entre que redacto una respuesta y que se publica es de varias semanas (por ejemplo, estoy escribiendo estas líneas el 6 de mayo, y se publicarán en junio). También quiere decir que nunca respondo a los comentarios con otros comentarios, incluso si a veces sería más rápido y cómodo hacerlo así.

Uno de los problemas que plantea este formato es que parece que algunos lectores todavía no lo entienden, así que conviene aclararlo: las entradas que aparecen en la categoría "preguntas de los lectores" (en la barra de la derecha) y que vienen precedidas por una pregunta de un lector no son noticias, ni avisos, ni expresiones espontáneas de mi opinión, sino exactamente lo que parecen, respuestas a preguntas. Si tengo ocasión, procuro dar respuestas amplias, aunque a veces la pregunta es tan concreta que la respuesta sólo podría ser larga si abusase del excurso. Donde creo que dar más información puede ser interesante, la doy; pero procuro no aburrir al lector. Esto quiere decir que la elección de los temas de las preguntas no es cosa mía, aunque decidir la extensión de las respuestas sí lo es, en cierta medida.

Al iniciar la publicación de este blog, una de mis preocupaciones fue cómo evitar que fuese avasallado por los lectores francamente maleducados que han vuelto tan difícil el uso de otros foros (en el sentido amplio de la palabra). No puedo obligar a nadie a expresarse con corrección ni imponer la ecuanimidad como mejor modo de discurso, por supuesto, pero me parecía que los exaltados ya tenían sitios de sobra donde expresarse sin freno (no les hacía falta otro más), y el espectáculo de esos lectores tan poco comedidos me parecía decididamente deprimente y no deseaba fomentarlo (prefiero creer que es posible comunicarse con mejores formas y no quiero más pruebas de lo contrario, gracias). La solución, que ya conocéis aquéllos que habéis hecho comentarios a las entradas, fue que los comentarios estuvieron moderados desde el primer día. El efecto de esta precaución ha sido milagroso: en casi tres meses de funcionamiento del blog, sólo he tenido que rechazar unos pocos comentarios, y sólo uno, que yo recuerde, por ser manifiestamente maleducado. Mi impresión es que, ante la evidencia de que los comentarios están moderados, los lectores más irascibles, cuyos sentimientos requieren expresión rápida para no perder su intensidad, desisten de escribir. Si es así, como sistema de enfriamiento me parece óptimo, y casa muy bien con mi propósito de no acoger un discurso agresivo que encuentro tan antiestético como infundado.

No obstante, sí que he rechazado otros comentarios (muy pocos, afortunadamente) por razones menos palmarias que la mala educación, y sobre ese criterio quería hablaros. En ocasiones, algún lector me escribe mostrando su desacuerdo con una entrada en términos correctos pero inequívocos: según él o ella, estoy mintiendo, o algo más debe haber detrás de mis palabras, o en realidad todo es un plan para conseguir no sé qué objetivo ulterior. En estos casos he reflexionado un poco más sobre la oportunidad de rechazar los comentarios, y finalmente he llegado a este criterio: no puedo objetar nada a que un lector me achaque malas intenciones (en ocasiones insertas en teorías de diversos grados de paranoia, que es una forma de pereza mental), pero disponiendo de tantos y tantos lugares donde expresar esa opinión, me parece absurdo que busque manifestarla precisamente en un blog que es un medio de expresión de esas intenciones. En otras palabras, no puedo aceptar publicar comentarios que cuestionan precisamente el objetivo de este blog o mi idoneidad para llevarlo a cabo. ¿Qué comunicación puede haber si una de las partes empieza diciendo que la otra miente?

Hay que decir que procuro aplicar este criterio muy restrictivamente, y no rechazo los comentarios que simplemente muestran desacuerdo con mis elecciones o directamente expresan disgusto por ellas, como puede verse en diversas entradas. Desde luego, no mantengo un debate sobre ellos a continuación, lo que no debe tomarse por desprecio, sino que meramente me atengo a las normas que me he fijado de no responder a unos comentarios con otros. Pero si son suficientemente articulados, esos comentarios críticos pueden ser objeto de una respuesta en una entrada propia. Hasta ahora se han dado pocos casos, porque al no estar argumentados, la mayoría de esos comentarios desaprobatorios hacen imposible una respuesta que no consista en reiterar lo ya dicho en mi entrada original (y una de las cosas que intento evitar en el blog es tener que repetirme). En general, cuanto mejor expresados y más calmados son los comentarios críticos, más fácil es decidir publicarlos; y cuanto más secos e impacientes, más se me hace necesario meditar sobre si traspasan la línea de lo que no deseo acoger en este blog.

En resumen (y como concesión a la lectura en diagonal que favorece la pantalla), mi política respecto a los comentarios en este blog es:

-Nunca respondo a los comentarios con otros comentarios. (También conocida como la regla de "esto no es un foro".)

-Las preguntas que se hacen en los comentarios se responden, si es posible responderlas, en entradas ad hoc. (Ruego paciencia mientras llega el turno de respuesta.)

-Los comentarios están moderados y se rechazan sin mayores dudas en caso de que sean de mala educación o imputen conductas inmorales a este editor. (O sea, si no confías en que vaya a decir la verdad, ¿por qué te molestas en escribir aquí?)

-Los comentarios críticos y que expresen desaprobación son, desde luego, publicados, pero facilita mucho la labor de moderación que estén bien escritos y no suenen irascibles. Si además estuvieran argumentados, sería maravilloso (y podrían responderse en entradas propias, como se hace con las preguntas).

Todo lo anterior puede dar la impresión de que este blog está asediado por comentarios hirientes, pero nada más lejos de la realidad: como he dicho, he tenido que rechazar poquísimos comentarios, y estoy muy agradablemente sorprendido por el grado general de civismo que demuestra la gran mayoría de los que recibo. Simplemente, me he dado cuenta de que no había manifestado explícitamente mis criterios, y creo que era imprescindible hacerlo para conseguir una comunicación auténticamente fructífera con los lectores.

lunes, 7 de junio de 2010

Feria del Libro de Madrid 2010: segundo fin de semana

Trascurrido el segundo fin de semana de los tres que abarca la Feria de Madrid, se empieza a vislumbrar la forma final que tendrá la experiencia de Bibliópolis y Alamut este año. Para empezar, se confirma la tendencia ya notada en mi entrada anterior sobre el tema: en 2010 nuestras ventas están siendo muy superiores a las de 2009. Concretamente, en los primeros diez días de la Feria hemos ingresado casi un 40% más que el año pasado. No obstante, este excelente resultado debe matizarse: en 2009 hubo durante la Feria un jueves festivo (por lo tanto, más concurrido) que en 2010 ha caído igualmente durante la Feria pero en la semana anterior, por lo que una mayor proporción de los ingresos previsibles se ha generado antes. Con esta cautela, yo diría que estamos en buen camino para que el resultado final alcance ese aumento del 25 o 30% que fijé como objetivo plausible (aunque por las razones equivocadas: vendemos menos de lo que esperaba de La dama del lago 2, por las causas ya apuntadas, y vendemos más de todo lo demás).



Este fin de semana he tenido la sensación de que había considerablemente menos actividad que el anterior: hizo mucho calor, sobre todo el sábado, y posiblemente estemos notando algún efecto de la posición relativamente menos conveniente de nuestra caseta este año (en 2009 ocupamos la número 126, y en 2010 la 186; en general, y con excepciones, parece que cuanto menor el número, mejor), aunque podríamos haber tenido peor suerte. Sobre todo, esperábamos mayor actividad porque presumíamos que este fin de semana central acumularía un mayor número de compradores, mientras que los otros atraen a un número considerable de curiosos y paseantes. Efectivamente, las cifras muestran que los ingresos se redujeron un 14% frente al fin de semana anterior, pero mi impresión era que serían aún más bajos, por lo que una vez más se pone de manifiesto que la intensidad con la que vivimos esta experiencia y los objetivos que nos fijamos nos conducen a ser exageradamente críticos con los resultados que vamos apreciando.

Esta intensidad tiene su lado bueno: ya son varios los lectores que nos han alabado la actitud activa que tenemos para hablar con los transeúntes y hacerles el panegírico de nuestros libros, ya que el tono habitual de quienes atienden las casetas es más pasivo, incluso indiferente. No puedo culparles: quizá en el curso alto de la Feria (las primeras decenas de casetas) se den amontonamientos de clientes que exijan atención permanente, pero aquí, en el curso medio, la multitud se remansa y las peticiones de orientación, consejo y compra vienen a rachas, como objetos agrupados por la corriente. Así, a momentos de intensa actividad (cuando dos o tres lectores piden un libro mientras otros dos o tres reciben explicaciones: en nuestros dos metros de frontal no caben más) se suceden momentos de calma total (cuando nadie se para ante el stand, a pesar de nuestras ofertas voceadas de catálogos y marcapáginas): la combinación de ambos ritmos resulta, al cabo de las horas, demoledora. A menudo he pensado que resultaría más fácil sostener un ritmo alto constantemente que sufrir estos altibajos; y por eso comprendo bien a quienes se refugian en la pasividad, e incluso pienso que posiblemente esa actitud no afecte enormemente a las ventas (no en vano una gran proporción de los lectores se llevan exactamente lo que habían venido a buscar y que sabían que querían de antemano)... sólo que de momento escojo no adoptarla, porque es más divertido ser activo y estar atento.

Una de las razones por las que creo que estamos vendiendo más ejemplares este año es que partimos de la experiencia del año pasado respecto a cómo colocar los títulos y cómo recomendarlos. Así, comprobamos que el punto principal de atención de la caseta, con mucha diferencia, es el mostrador; por tanto, los libros que no puedan mostrarse en él se venderán muy poco o nada. El tamaño del mostrador (más o menos dos metros de largo por casi uno de ancho) y de nuestros títulos (16 por 23 centímetros en casi todos los casos) implica que no es posible exponer a vez más de treinta y pocos... y nuestro fondo supera los ciento cincuenta. Por ello, hay que realizar una seleción muy estricta. Una forma de elegir sería simplemente exponer los títulos más recientes, pero en 2009 ya vimos que esto no era necesariamente efectivo: por la Feria pasa mucho público que no conoce nuestro catálogo y que por lo tanto no espera nuestras novedades; y en sentido inverso, muchos títulos que consideramos antiguos (y de los que presumimos que ya han hallado a su publico) resultan sorprendentemente atractivos para este público nuevo.

Así pues, este segundo año hemos seleccionado para el mostrador una combinación de novedades y de títulos de fondo que hemos comprobado que despierta suficiente interés. El resultado es que, entre los libros que estamos vendiendo mejor, se encuentran títulos como El águila en la nieve (2008), El robot completo (2008), Trilogía del Imperio (2007), Bóvedas de acero (2003), Los tejedores de cabellos (2004), Esperanza del venado (2006), Visión ciega (2009), Hijos de Esparta (2008) o Ángeles asesinos (2006), que como se ve no son precisamente novedades. Aunque también se venden más que notablemente títulos de 2010 como Las fuentes del paraíso, La era de Drácula y El viaje de Hawkwood. Todo ello sin mencionar La dama del lago 2, que en sus dos ediciones y junto con los demás títulos de Sapkowski supone algo más de un 30% de los ejemplares totales vendidos hasta ahora.

Nos quedan menos días de Feria por delante que los que ya han transcurrido, y aunque esto signifique que el final está más próximo, el cansancio va haciendo mella y la semana que queda por delante se ve muy larga. Además, el miércoles llegará Sapkowski y el jueves lo pasaremos con él en Barcelona, por lo que me perderé varios días de Feria (aunque la caseta estará atendida tanto por Daniel Gonzalo como, por parte de Ediciones Pàmies, por Carlos Alonso). Y el fin de semana que viene tanto la Feria como la visita de Sapkowski culminarán con las firmas de éste en diversas casetas. Es una buena receta para acabar extenuado, pero cuando todo haya terminado volveré a escribir con las conclusiones de la Feria.

jueves, 3 de junio de 2010

Harrison, Sterling, Shirley, Danielewski

Anónimo preguntó:

Ya que han publicado algunos de los primeros libros de M. John Harrison antes que Luz, ¿no han considerado publicar su novela Signs of Life? En cuanto a Bruce Sterling, luego de Cismatrix, ¿no han considerado publicar alguna otra obra suya? ¿O de John Shirley? Y ya puestos, ¿han contemplado poder editar en español House of Leaves?

La respuesta rápida a casi todas tus dudas es: sí, pero hay motivos para que no nos hayamos lanzado a por ellas todavía.

Ahora, por partes:

Por supuesto que he pensado en publicar Signs of Life de M. John Harrison. Harrison es uno de los autores que más me ha gustado publicar, y he tenido la oportunidad de hacerlo repetidamente: tras Luz, editamos la secuencia de Viriconium en tres volúmenes (Caballeros de Viriconium, Tormenta de alas, Nocturnos de Viriconium), en lugar de los cuatro originales, y también Nova Swing, su obra más reciente. En su momento leí Signs of Life y me encantó, así que no dudaría en editarla si no fuera por que, en primer lugar, a pesar de que Luz tuvo buenas ventas, y de hecho se sigue vendiendo poco a poco (¡casi siete años después de su publicación!), las siguientes novelas de Harrison se vendieron mucho menos. (La secuencia de Viriconium se publicó entera, de hecho, exclusivamente porque me empeñé, pues no había ninguna razón comercial para hacerlo.) Y, en segundo lugar, Signs of Life tiene una relación peculiar respecto al género, por lo que me parece que su sitio estaría en una colección sin etiquetas. Mis intentos de lanzar una con Malabares/Marelle de momento no tienen éxito (aunque perseveraré), por lo que carezco del marco para editar satisfactoriamente esta novela.

En cuanto a Bruce Sterling, Cismatrix es una de nuestras novelas de ciencia-ficción que mejor se han vendido, aunque se ha quedado un poco por debajo de mis expectativas para tratarse de una obra tan influyente y tanto tiempo inédita. Intentando comprender esta relativa frialdad del mercado respecto a este autor, que tan buena prensa tiene, me leí algunas otras obras de Sterling publicadas en castellano inmediatamente antes, y llegué a una conclusión: aunque tanto El fuego sagrado como Distracción tienen ideas interesantísimas y momentos de quitarse el sombrero, ambas son definitivamente menos excelentes que Cismatrix, y aun diría más, son parcialmente fallidas, porque la tremenda capacidad de Sterling para el futurismo plausible se come la trama. (En la misma categoría incluiría una novela inédita, Heavy Weather.) Comprendí entonces que estas novelas, convenientemente saldadas, habían hecho circular una versión de Sterling mucho menos estimulante que la que se encuentra en otras obras. Lo cual es una pena, porque el autor debió darse cuenta de que tenía que aligerar su estilo de novela y las siguientes obras inéditas en castellano (Zeitgeist, The Zenith Angle) son muchísimo más livianas y divertidas. Pero es improbable que los lectores les den una oportunidad: creo que la fama de difícil de Sterling ya es incorregible. Estas últimas novelas, además, son una suerte de sátiras de futuro cercano (tan cercano que ya es pasado), muy inteligentes, cosmopolitas, posmodernas y un punto gamberras: una de las posibles formas de la ciencia-ficción fuera del ghetto. Con lo que volvemos a mi segunda objeción para Signs of Life: como aquélla, Zeitgeist y The Zenith Angle deberían aparecer en una colección sin etiquetas, y de momento no consigo consolidar una.

De John Shirley, aunque parezca mentira, no tengo nada que decir, porque no le he leído. Acepto recomendaciones.

Finalmente, House of Leaves de Mark Z. Danielewski me gustó muchísimo cuando la leí hace unos años. Me pareció que, a pesar de todas las concesiones que hacía a la floritura literaria excesiva, necesaria para que la tomaran en serio (y no por una obra de género), conseguía funcionar como artefacto de terror: daba miedo. Y eso tiene mérito. No obstante, su traducción tiene tres objeciones muy importantes. Una: como saben los diversos editores españoles que han hecho ofertas por ella en los últimos años, el autor ha dado instrucciones a su agente de no aceptar menos de una cantidad bastante elevada (nada exagerado para grandes lanzamientos, pero lo justo para hacer que los editores se lo piensen dos veces). Esta situación puede cambiar en cualquier momento, pero hoy es así. Dos: al tratarse de una novela que juega extensamente con la tipografía y la composición de la página, su producción sería más cara y difícil de lo habitual. Y tres: a la vista del escaso éxito en España de otros experimentos tipográficos y pseudogenéricos como La memoria del tiburón (The Raw Shark Texts) de Steven Hall (muchísimo más accesible que House of Leaves, aunque también menos atmosférico), habría que dudar seriamente de si el esfuerzo económico que se requeriría para superar las dos primeras objeciones podría resultar razonablemente compensado.

miércoles, 2 de junio de 2010

Ilustración de La era de Drácula

Vic preguntó respecto a La era de Drácula de Kim Newman:

Por cierto, lo estoy releyendo ahora mismo y... ¡coñe, cómo me gusta! Lástima que lo tuviese ya, porque vuestra edición... ¡qué portada! ¿No podrías poner el dibujo a secas? O publicar un portafolio Colucci.

Por supuesto. Aquí tienes la ilustración de Alejandro Colucci para este libro, sin los rótulos de cubierta:

martes, 1 de junio de 2010

Encuentro digital con Sapkowski en Círculo de Lectores

El próximo jueves 10 de junio de 17 a 18 h., Andrzej Sapkowski, autor de la Saga de Geralt de Rivia, atenderá a las preguntas de los lectores en un encuentro digital auspiciado por Círculo de Lectores.

En esta página encontraréis un formulario para enviar vuestras preguntas por adelantado:

Encuentro con Andrzej Sapkowski

El encuentro está abierto a todos los lectores, no sólo a los socios de Círculo. ¡Os esperamos!

Novedad: La dama del lago 2, de Andrzej Sapkowski



Entre ayer y hoy se han puesto a la venta oficialmente las ediciones de Bibliópolis y Alamut de La dama del lago 2 de Andrzej Sapkowski ("oficialmente" porque de hecho ambas estaban a la venta anticipadamente desde la semana pasada). Aquí tenéis la ficha de la edición de Bibliópolis, y aquí la de Alamut.