Hoy traemos una nueva reseña de Zendegi de Greg Egan, y de propina una reseña reciente de Luminoso, del mismo autor.
Zendegi en Sagacomic
Luminoso en El Quimérico Lector
De la reseña de Zendegi destaco este párrafo: "Se trata, sin duda, de un primer paso hacia el post o trans humanismo ya visto en alguna de sus novelas anteriores, pero con un menor contenido hard y menos de la metafísica siempre implícita en sus escritos. Se centra más en los diversos enfrentamientos morales, con el difícil equilibrio de aquéllos que quieren seguir adelante con las posibilidades de la ciencia hasta su últimas consecuencias y aquéllos que se oponen a ciertas prácticas deshumanizadoras. Pone sobre la balanza la naturaleza y los derechos de los seres virtuales cercanos a la inteligencia artificial, de su libertad o esclavitud, al basar las emulaciones en lecturas de cerebros de personas muertas, y crear programas de software con la capacidad de reaccionar al entorno e interactuar de forma independiente con los jugadores de las distintas opciones de Zendegi. Hay, además, una lectura irónica de la búsqueda de la suprema inteligencia artificial como un ser divino que resolverá todos nuestros problemas y llevará a la humanidad a una era dorada de paz y armonía, siempre que renuncie a la toma cualquier decisión y acate todas las órdenes del nuevo ente, claro".
Y de la reseña de Luminoso: "Greg Egan tiene fama de ser un autor relativamente difícil, siendo una especie de estandarte para los fanáticos actuales de la ciencia-ficción dura. Pero lo cierto es que dejando a un lado algunos de sus escritos que son verdaderamente acertijos conceptuales, la mayoría de sus obras, especialmente los relatos, no son tan herméticos como podría creerse. De hecho considero que Egan no es un escritor hard en el sentido más clásico de esa definición. Es evidente que sus relatos están sembrados de consideraciones científicas, de sesudas especulaciones que abarcan las matemáticas, la física, la biología o la sociología, pero el resultado de estas elucubraciones de apariencia tan científica suele derivar en conclusiones que caen en el lado de la filosofía, de las emociones, de la subjetividad o directamente de la imaginación. Mal que pese a algunos, Egan es algo así como un Philip K. Dick ultrarracionalista, si tal combinación puede ser posible. Qué duda cabe que muchas de esas ideas que se plantean en sus historias comienzan estimulando el intelecto en su aspecto más racional, pero casi siempre terminan convirtiéndose en fascinantes vuelos de lo imaginario hasta cotas donde lo racional ya tiene poco que decir. No es raro que muchas de sus proposiciones argumentales terminen entrando incluso en el campo de un misticismo bastardo, donde el sentido de lo maravilloso, la intución de otro mundo quizá no sobrenatural pero si invisible y misterioso, se combina con el puro materialismo del campo de la física y las matemáticas".
En Artifex Plus podéis encontrar una reseña anterior de Zendegi (aquí) y nada menos que siete reseñas anteriores de Luminoso (aquí, aquí, aquí y aquí).
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