martes, 5 de octubre de 2010

Precio de los libros, confianza del lector, ventas a largo plazo

Víctor Derqui dijo:

Acabas de indicar el gran problema del lector en castellano de sagas del fantástico procedentes de otros países: si no desembolsas unas cantidades, en mi opinión, algo elevadas -dado el contexto económico actual en España- por una obra, no sólo inacabada (por ej.: volumen 2 de una saga de 5 libros), sino también con la incertidumbre añadida de ignorar si el total de libros de la serie va a lograr publicación (los 5 volúmenes de esa saga ficticia de 5 volumenes )... a lo que se añade un ritmo de publicación brutal de otros libros de literatura imaginativa, también integrantes de sagas o de escritores o títulos míticos o modernos o clásicos de gran renombre... pues la verdad que, en vista de lo rápido que desaparecen todas esas novedades de las tiendas, elegir qué obras o qué sagas comprar se convierte, para el aficionado, en un ejercicio muy cercano a... la amputación. Y lo triste es que uno opta por obras maravillosas en detrimento de otras obras o sagas... también maravillosas; que si continuaran algo más de tiempo en el mercado (no hablo de meses, hablo de años) pues, poco a poco, podrían ser "asumidas" por el lector-comprador... (por ejemplo, gracias a que continuaba en el mercado y a la referencia casual leída en tu blog hace unos meses -y a la maravillosa gestión de Cyberdark- pude hacerme -años despues de su publicación, y habiéndome interesado e intrigado y tentado desde su primerísima aparíción en el mercado- La historia de tu vida de Ted Chiang). Y ahora me planteo esta misma duda con tu saga de Las Monarquías de Dios, que, si sigue en el mercado -años, supongo-, acabaré, seguro, seguro, por adquirir... pero que, ahora, me es imposible por puros y simples motivos económicos. En fin, cada uno sus problemas.

Te he citado ampliamente porque tocas varios temas muy interesantes. En primer lugar, el precio de los libros. Sin duda, en España no tenemos una oferta editorial con la gama de precios de otros mercados. Sirva como ejemplo la relativa debilidad del formato de bolsillo en nuestro país, cuando en otros al parecer supone la mayor parte de las ventas. La realidad que está detrás de estos precios relativamente altos es sencilla pero muy difícil de aceptar para los lectores: las perspectivas de ventas de un libro cualquiera son bajas respecto a su coste. Como el mercado no es amplio, no puede preverse razonablemente que las grandes ventas de un título permitirán rentabilizarlo con un precio bajo; antes al revés, hay que temerse unas ventas escasas, lo que fuerza a un precio alto. Mientras el libro en España sea un producto minoritario, su precio será propio de un artículo de lujo. (Por cierto, que esté de acuerdo en que comparativamente el precio de los libros en España es alto no quiere decir que comparta la sensación, muy extendida entre los lectores de género, de que comprar libros supone un sacrificio inmoderado: cada vez que invito a cenar a dos o tres personas, por ejemplo, me dejo el equivalente al PVP de cinco o seis libros míos. ¡En una cena de una noche! Pero eso nadie lo encuentra escandaloso. Mientras que los libros, que duran toda la vida, se ven como excesivamente caros...)

En cuanto al problema de la incertidumbre y las dudas a la hora de escoger, me temo que ahí simpatizo menos. Es una elección de cada lector ser o no un consumidor informado, y en el caso del género fantástico, es relativamente fácil obtener información de sobra sobre títulos y editoriales para formarse una idea de qué interesa y qué no. Como editor antropológicamente optimista que soy, he apostado por realizar una inversión de cierta cuantía en fomentar que mis lectores potenciales confíen en mi criterio y mis prácticas editoriales; esta inversión va desde mantener a un mismo traductor para una serie entera, hasta terminar la publicación de series incluso acumulando pérdidas, pasando por detalles nada banales como ofrecer ilustraciones originales en una mayoría de los libros. El objetivo es que, al ver el logo de Bibliópolis o de Alamut, los lectores sepan que están en buenas manos. A veces tengo dudas de que esta estrategia sea completamente racional, ya que mis competidores, con prácticas notoriamente distintas (y objetivamente perjudiciales para el lector), obtienen resultados equivalentes a los míos en el mercado. No obstante, aunque en último término no sea más que por amor propio, no me veo desarrollando otra política.

Por otra parte, mencionas la necesidad de que los libros permanezcan en catálogo el tiempo suficiente (años) para acabar llegando a ellos, como te ha sucedido con La historia de tu vida (y apuesto que te sucederá con más títulos míos). No hace falta que te diga que comparto este criterio y por eso no he descatalogado títulos, por poco que se hayan vendido, ni tampoco he saldado. Siento un orgullo muy intenso por esos libros que siguen vendiéndose poco a poco y de los que he hablado ya varias veces. El problema es que de esos títulos no puede vivir una editorial; o, dicho de forma más dura, una editorial no puede depender de lectores que compran un libro cinco o seis años después de su publicación. (Dicho sea sin acritud; tú me cuentas tus problemas como lector, y yo te cuento los míos como editor.) Así pues, sentimentalmente aprecio muchos todos mis long sellers, pero financieramente tengo que aspirar a que mis libros tengan ventas más rápidas.

3 comentarios:

  1. Gracias por tu maravillosa respuesta, Arti. Solo puedo agradecerte tu " empecinamiento", y, como bien dices, el dato de que el sello que representas " B/ A" sea, efectivamente, garantía de calidad, inteligencia y ( lo que para mí, como hispanoparlante, es decisivo) de magníficas traducciones...Como ya he dicho en ocasiones anteriores, y desde este lado de la brecha, seguiré disfrutando el brillo " especial" que deja tu sello en mi biblioteca personal ( lo que, como dice en su dedicatoria John C, Wright, " es todo mi deleite", jaja). Por cierto, otra obra maravillosa cuyo disfrute te debo es Cismatrix. Para mí la piedra de toque que anuncia el camino de la nueva ciencia ficción del siglo XXI. De nuevo, gracias por tu respuesta y un abrazo de victorderqui.

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  2. Me gusta tu blog. Me gusta saber de primera mano todos los vaivenes que tienes como editor.

    Aunque estas decisiones que tomas te puedan ser contraproducentes a corto plazo, te auguro (y espero) que tengan positivas a más largo plazo.

    Tengo una pregunta. Considras que has tomado decisiones contrarias a esta cita: "El objetivo es que, al ver el logo de Bibliópolis o de Alamut, los lectores sepan que están en buenas manos"

    Un saludo, Mark

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  3. Tampoco estoy muy deacuerdo en tu comparación para con el precio de los libros...

    Obviamente, el precio de los libros es relativo al nivel de vida de cada uno, 150€ de cena ¿Cada cuanto?

    Para una persona como yo, que devora libros debido a su larga espera en transporte público (también por su amor a la lectura), puedo acabarme tranquilamente 6 o 7 libros del espesor de la saga de Geralt de Rivia. Eso me supondría mucho dinero en el caso de no valorar otras ofertas más económicas...

    Bueno, nada más que añadir.
    Un saludo.

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