miércoles, 27 de octubre de 2010

Las cuentas del libro (y otros demonios)

Palomares dijo:

Por otra parte, me gustaría preguntar qué cantidad de libros vendidos consideras un batacazo; y de igual manera, a partir de qué cantidad se compensan los costes. Leyéndote saca uno la conclusión de que la mayor parte de los libros dan pérdidas o duramente compensan la inversión -a lo mejor yo sólo me quedo en la memoria con los fracasos; imagino que los éxitos compensan esas pérdidas-. ¿Es cierto?

Cuando uno es un editor que se deja el pellejo en lo que edita, como es mi caso (y esto no es inmodestia: decir que uno tiene un compromiso con su trabajo que va más allá del deber no es atribuirse un mérito, sino reconocer una debilidad), la mala suerte comercial de cualquier libro es una tragedia. Esto explica en parte la conclusión que sacas de mis comentarios: por poco que me fuera mal, ya sería relevante. Pero en buena medida también se explica porque realmente la proporción de títulos de resultados malos, regulares o indiferentes es bastante alta.

Tradicionalmente achaco estos resultados, cuando se producen, a tres factores: errores de planteamiento por mi parte, fallos en la distribución y decadencia del mercado. Lo primero no hace falta explicarlo: es cuando un libro ha sido bien distribuido y tiene buena recepción crítica, y sin embargo no se vende: entonces la culpa es mía, por editar algo sin interés para una mayoría de los lectores. Hay pocos casos en los que se pueda afirmar esto último incontrovertiblemente, porque la respuesta del mercado suele quedar eclipsada por la calidad de la distribución (un libro mal distribuido que no se vende, ¿habría podido venderse de distribuirse mejor? Nadie lo sabrá jamás), que cuando es insuficiente o descuidada es responsable de un buen porcentaje de malos resultados. Por último, es importante saber cuando se edita fantástico que se trata de un mercado en decadencia, afectado no sólo por fenómenos de concentración propios de esta época que nos ha tocado vivir (por ejemplo, unos pocos autores venden muchísimo, lo que produce una falsa imagen de prosperidad), sino que también está perjudicado por fenómenos singulares de este campo: la desaparición paulatina de los lectores que seguían colecciones, la conversión del fandom de lectores en un fandom de escritores o la desintegración de los medios que aglutinaban a los aficionados. Todo esto hace que la publicación de fantasía y ciencia-ficción deba abordarse siendo consciente de la estrechez del nicho.

¿Cuáles son los números que delimitan esos márgenes? Os doy algunas cifras genéricas. Pongamos una tirada de 2.000 ejemplares para un libro nuevo en rústica de extensión media (256-320 páginas); en principio, esta tirada es un estándar bastante habitual (las editoriales con más capacidad de distribución, habitualmente parte de grandes grupos, han solido tirar un poco más de entrada; y las que ya le han visto las orejas al lobo tiran un poco menos: en Bibliópolis Fantástica tiramos menos desde 2009). Redondeando, el anticipo sobre los derechos de autor supone unos 2.000 euros; el anticipo sobre la traducción, otros 2.000; la imprenta, unos 3.000; la ilustración y maqueta de cubierta, unos 500; la maqueta interior, la revisión y la supervisión unos 1.500; otros gastos, unos 500 euros más. Es decir, que la inversión para poner ese libro en la calle es de 9.500 euros. (Hay otro gasto posible, el de la promoción, por ejemplo mediante la visita de un autor extranjero; esto puede añadir otros 500 o 1.000 euros al coste del libro, pero no lo tendré en cuenta porque es una práctica relativamente infrecuente.) Ahora veamos el precio: oscilará, según épocas y editoriales, entre los 17 y los 21 euros, así que quedémonos con una media de 19. Cada ejemplar vendido a través de una distribuidora reporta a la editorial el 45% de su precio sin IVA; es decir, en nuestro ejemplo, 8,55 euros. Es fácil ver entonces que para cubrir la inversión, este libro ideal debería vender algo más de 1.100 ejemplares.

¿Con cuánta frecuencia un título mío ha vendido 1.100 o menos ejemplares? Con demasiada (pero ya digo: uno solo sería demasiado para un editor sentimental). ¿Son todo eso batacazos? No, claro, ni mucho menos: un libro que vende 900 o 1.000 ejemplares no es un negocio, pero tampoco te hunde. Los batacazos son los libros que venden 600 o 500 ejemplares: en el ejemplo anterior, supondrían unas pérdidas de 4.000 o 5.000 euros. En esta categoría se encuentran los finales de trilogías a los que me refería en esta entrada, pero esto es normal: si los primeros libros de una serie no van realmente bien, los siguientes irán escalonadamente peor, hasta llegar al nivel del batacazo. Lo realmente preocupante es que, a la hora de publicar una novedad cualquiera, con el paso de los años se ha ido haciendo más probable que se consume el batacazo en lugar de que las ventas se queden en un nivel suficiente, por lo que ha sido necesario publicar de forma más conservadora y recortar gastos.

Por lo que sé de mi competencia, estas cifras de costes y ventas son bastante generalizables. ¿Cómo sobreviven entonces las editoriales especializadas en este clima de estrechamiento del mercado? De tres formas: una, perteneciendo a un gran grupo editorial que realice economías de escala (por lo que algunos de los costes de mi desglose son más bajos); dos, disponiendo de su propia distribuidora o librería (por lo que en lugar de obtener el 45% del precio, obtienen un 70 o incluso un 100%); y tres, editando sistemáticamente a autores muertos hace más de 70 años (y cuya obra está por tanto en dominio público) o a autores españoles (para ahorrarse el gasto de traducción y, con frecuencia, también los derechos de autor). Los lectores observadores se habrán percatado de que Bibliópolis y Alamut no se encuentran en ninguna de esas tres categorías. Su supervivencia es, en este contexto, un milagro... y un milagro con nombre polaco; las ventas de los muchos títulos que sí dieron algún beneficio no hubieran permitido compensar los resultados de los títulos que tuvieron pérdidas (al menos, no a corto plazo), de no ser por el éxito continuo de Sapkowski.

Como conté en esta entrada, en 2008 se impuso una corrección de rumbo, pero dado que los tres males señalados (un mercado que se estrecha, una distribución que funciona a ratos sí y a ratos no, y un editor que se deja llevar por el entusiasmo más de lo que debiera) siguen estando ahí, si es que no se han acentuado, probablemente se avecina una reformulación más radical de mi actividad editorial. Entre tanto, es importante recordar que para mí los libros pasados, fueran bien o mal comercialmente, no son mero trabajo ya hecho y descartado, sino hitos de mi historia personal, mis intereses y mis ilusiones; hitos vivos, porque están en catálogo, y cada día los lectores descubren algunos y viven hoy la alegría y el placer que me dieron en el pasado. En este sentido, comparto la popular idea de que el catálogo de un editor (un editor con intereses literarios, se entiende) es su obra, y hasta cierto punto crearlo tiene sentido en sí mismo. Pase lo que pase, la creación de mi catálogo sigue siendo una aventura apasionante.

14 comentarios:

  1. Qué lujo de respuesta, muchas gracias.

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  2. Lo mismo digo, Arty. Tengo varios títulos de tu catálgo esperando su momento en mi " libreta" de lector-artista ( jaja ... aunque no demasiado bueno). Cruzo los dedos por vuestra empresa, que es la raíz de mi felicidad. Un abrazo emocionado de victorderqui.

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  3. pero lujo...de master.
    Mazarbul

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  4. Uau! Vaya respuesta tan tan tan gratificante! Ánimo con vuestra aventura editorial... si no da pérdidas, aún en estos momentos económicamente tan complicados, merece la pena por la satisfacción que tanto a vosotros como a nosotros nos da. Seguid así!

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  5. Magnífico... No tengo palabras.

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  6. Aaaaaamén, señor mío. Un milagro, y dices bien, Luis. Si editases Crepúsculos probablemente te iría mucho mejor económicamente hablando... aunque no sería lo mismo.

    Es triste que en este país los proyectos que se viven y se mantienen con ilusión pendan de un hilo, pero pasa a todos los niveles, no sólo con las editoriales pequeñas o medianas. La cultura es algo bastante precario en esta nuestra España, más aún cuando muchos hablan despectivamente de ella.

    A este respecto, creo que es necesario normalizar la fantasía y la ciencia ficción, y no empeñarse en encerrarlas en guetos para "purificarla". Por algo en Fantasymundo derivamos también hacia otros nichos de lectores y autores. Todo lo que nos permite crecer a nivel personal es cultura, y hay que empeñarse en demostrarlo y practicarlo. Hay que atraer a otros lectores hacia la fantasía, y conseguir que se vea como algo normal disfrutar de ella.

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  7. Luis,

    Se agradece la trasparencia pero sobre todo tus ganas de seguir editando obras de calidad en las mejores condiciones. Si Alamut/Bibliópolis es un sello de referencia en literatura fantástica es debido a estas razones, que los aficionados valoramos y te agradecemos.

    Ojalá Sapkowski siga pariendo obras tan buenas y populares como hasta ahora, y espero que surjan igualmente otros booms literarios que eviten la dependencia.

    Mariano Villarreal

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  8. Luis, a mí lo que me toca enormemente mis partes sensibles es que, tras el enorme esfuerzo que has hecho por traer fantástico original, bien escrito, inteligente y demás virtudes que no caben en un párrafo, sigamos en todos estos foros, todo este fándom, con toda esa tontería de "la fantasía es capa y espada, es un género menor respecto a la ciencia ficción". Es algo injusto que te ha tocado vivir, y creo que el mayor enemigo que has tenido, junto con tus problemas de distribución.

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  9. Da gusto leer respuestas tan claras....

    Suerte en todos tus proyectos!!!

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  10. Háblanos del libro electrónico, haga Ud. el favor.
    Para cuando una novedad en kindle, no en Libranda por dios, eso es un desastre. Si los lectores de CF son digamos geeks en su mayoría y como tales ya estarán desempaquetando sus e-books parecen un buen publico objetivo con el que experimentar.
    Buen trabajo.

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  11. Y a todo esto,¿qué tal fueron las ventas de Hôtel Transylvania? Soy una de esas lectoras a las que les encantaría que siguiérais publicando a Saint Germain aunque, considerando que tiene veintitrés títulos,sería precipitado pensar que no os compensa?

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  12. suscribo lo dicho por anonimo el 29 del 12. yo tambien sigo ocn pasión Hotel Transilvania. deduzco por lo que dices que sus ventas no fueron buenas ¿verdad?. pues es una magnifica novela, esta señora escribe muy bien, de hecho no entiendo como no se vende mas. No creo que sea un libro tan arriesgado como los de Krushner o la hija del Dragon de Hierro. Lo digo porque me parece que Chelsea escribe de una forma bastante clasica ¿no?, y deberia de gustar mas.
    De paso...¿tampoco funcionaron las ventas de "el año de Dracula" esepro con impaciencia su cintinuacion.
    Por ultimo , felcitaros por vuestras portadas. Son Chulisimas.

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  13. dices: "[...]editando sistemáticamente a autores muertos hace más de 70 años (y cuya obra está por tanto en dominio público) o a autores españoles (para ahorrarse el gasto de traducción y, con frecuencia, también los derechos de autor)"

    Lo de la traducción lo entiendo, pero ¿es que los autores españoles vivos no cobran derechos de autor por su trabajo?
    www.tarzanyjane.com

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  14. Gran artículo, Luis. Veo que los cálculos que realicé para el mío no iban desencaminados, incluso se quedaban un poco cortos.
    A ver si la gente deja de lado esa imagen generalizada de seres ávaros que se forran a costa de los autores y lectores que tienen de los editores.

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