La leyenda de la piedra
Ocho honorables magos

¿Por qué entonces las ventas de La leyenda de la piedra y Ocho honorables magos no han sido particularmente buenas? Con la segunda entrega perdimos a la mitad de los lectores, de forma que a la hora de encarar la publicación de la tercera ya iba avisado de que sería imposible recuperar los gastos (otra vez). Creo que hay varias razones para este desplome. En primer lugar, las ventas de Puente de pájaros tampoco se han prolongado en el tiempo; es un caso más de título recomendadísimo, del que nadie tiene nada malo que decir y del que una búsqueda en internet arroja un puñado de reseñas entregadas... pero al que no acuden nuevos lectores. Es muy posible que, a largo plazo, le haya alcanzado la maldición china que yo temía en el momento de su publicación: el tema no es atractivo para una mayoría de los lectores, y la amalgama de géneros tampoco. Así parece demostrarlo que en la Feria del Libro de Madrid, donde como es sabido conseguimos vender muchos ejemplares de diversos títulos a base de entusiasmo recomendador, hayamos tenido que desistir de recomendar Puente de pájaros. Curioso, ¿verdad?

Y en tercer lugar, y yo creo que más importante, las reseñas de Sagacomic dan en el clavo: Puente de pájaros es una novela redonda que no necesita continuaciones, y aunque en mi opinión las siguientes novelas tienen sus puntos fuertes (no en vano Puente... fue la primera obra publicada de Hughart, y se nota que va ganando confianza en las siguientes), es cierto que no satisfacen tanto como la primera, aun siendo tremendamente divertidas, imaginativas y emocionantes.
En todo caso, hay que reconocer a Hughart no sólo que no haya estirado el modelo indefinidamente, sino que haya añadido elementos adicionales en cada novela (sobre todo sobrenaturales: los monjes zombies y el viaje al infierno de La leyenda..., por ejemplo, o los gules y la magia prehistórica de Ocho...) y, esto es particularmente interesante, que no haya abusado de la complicidad de los lectores reiterando frases populares. El mejor ejemplo es que la celebradísima presentación del maestro Li ("Mi apellido es Li y mi nombre personal es Kao, y hay un ligero defecto en mi carácter") ha desaparecido completamente a la altura de la tercera novela. ¿Qué hay más fácil que repetirla para ganar un aplauso fácil... y qué hay más lejos de la intención de un genio creador como Hughart?

Mi interés personal por las novelas de Hughart es suficientemente grande como para, a pesar de las pérdidas, seguir planeando cómo darles nueva vida en el mercado. Un posible destino para estas tres novelas es recopilarlas en un único volumen, aunque tendríamos que superar de alguna forma las dificultades de una extensión enorme (nunca he publicado un libro tan largo como sería éste) y de la incertidumbre de si encontraría un público nuevo. No es, por tanto, un proyecto para el futuro inmediato, pero me haría mucha ilusión.
No había oído hablar de estos libros, y la mitología y ambientación orientales me llaman mucho la atención.
ResponderEliminarMe lo apuntaré.