Han aparecido dos reseñas muy elogiosas de Cánticos de la lejana Tierra de Arthur C. Clarke, una novela que hemos recuperado recientemente, con nueva traducción, en Alamut:
Via News
Suite 101
Me parece interesante la referencia de la reseña de Suite 101 al posible origen de esta novela como proyecto cinematográfico; de hecho, una de las encarnaciones de la historia, como cuenta Clarke en el libro, fue como guión. Es indudable que la carrera de Clarke conoció un auge espectacular tras participar con Stanley Kubrick en la creación de 2001: una odisea del espacio (película que no es una adaptación de la novela del mismo título, como se cree frecuentemente: novela y guión surgieron a la vez, y se diferenciaron al plasmarse definitivamente en cada medio, como se puede ver por las divergencias entre ambos), y era de esperar que pusiese por su parte todo lo posible para repetir aquel éxito.
Creo que, como respuesta a este impulso, algo de la combinación de austeridad y misticismo de 2001 puede rastrearse en Cánticos...: como en aquélla, en esta novela se parte de una visión muy realista del viaje espacial, prescindiendo de elementos queridos pero caprichosos como, en este caso, la propulsión más rápida que la luz. Y como en aquélla, esta austeridad inicial conduce, por la vía de la verosimilitud, a un paisaje cósmico que ve realzada su vastedad precisamente por las restrictivas condiciones iniciales del relato.
Y, como apunta la reseña de Via News, creo que esta paradójica combinación, una suerte de multiplicación de los panes y los peces literaria, tiene su correlato en el plano estilístico: nada dado a los alardes, la voz de Clarke es de una objetividad muy británica (esto es, muy irónica) que podría producir un efecto de distanciamento; y de hecho, así es durante buena parte del libro. Pero llegados a su final, se produce de nuevo el milagro: esa ecuanimidad, esa serenidad, consigue que en el último capítulo brote un chorro de emoción pura, más punzante que ninguna declaración elocuente precisamente por su laconismo.
A lo ya dicho se puede añadir la presentación que dediqué a este libro en Artifex Plus, que encontraréis en esta entrada. Os invito a que no os perdáis esta magnífica demostración de la potencia conmovedora de la ciencia-ficción de sabor más clásico.
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