En Aurora Bitzine ha aparecido la siguiente reseña:
La leyenda de la piedra

Por lo demás, es cierto que en éste y sus otros libros (Puente de pájaros, Ocho honorables magos), Barry Hughart consigue salvar con éxito el mayor peligro de la chinoiserie; a saber, que el autor quede tan encantado con su imitación del estilo chino como efecto cómico que la narración se empantane en volutas. Éste es un defecto muy evidente de la obra de Ernest Bramah, por ejemplo, aunque desde luego hay quien la disfruta, y mucho.
Hughart es más liviano, con diferencia, y sobre todo cayó a tiempo en la cuenta de que la chinoiserie por la chinoiserie no tiene alma: memorablemente, reescribió de arriba abajo su primera novela, Puente de pájaros, para dotarla de corazón, ¡y de qué manera! Para quien tenga curiosidad, en la red puede encontrarse esa primera versión, muy divertida y muy correcta, pero a gran distancia del resultado final.
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