viernes, 21 de enero de 2011

Clase de José María Faraldo en la Universidad Autónoma de Madrid

El pasado jueves 13 de enero, invitado por el profesor Iván Martín Cerezo, el traductor José María Faraldo acudió a la Universidad Autónoma de Madrid a dar una clase en la asignatura de Literatura Comparada y Traducción (de la carrera de Traducción e Interpretación) sobre su trabajo en la Saga de Geralt de Rivia y otras obras de Andrzej Sapkowski.

Faraldo, que es profesor de Historia en la Universidad Complutense de Madrid, empezó presentándose como traductor de fantasía y sin embargo intelectual (investigador de temas de Europa Central y del Este). Contó cómo había empezado a traducir mientras estudiaba, principalmente documentos relacionados con su campo de interés, y cómo finalmente había acabado en la traducción literaria.

Destacó que en las reseñas de la obra de Sapkowski se hace referencia casi siempre a la traducción, algo que no es habitual. Esto le parece asombroso, porque el traductor suele ser invisible, lo que achaca a un fallo de la cultura humanística española.

Atribuyó su forma de plantearse la traducción de la Saga de Geralt de Rivia a su intención de realizar un trabajo comercial. El tipo de traducción que realizó de Sapkowski (a quien se refirió como "un Umberto Eco de la fantasía", por los diversos niveles de sus obras) habría estado determinado por una estrategia de publicación que buscaba causar un efecto determinado sobre el lector. Ante su público de futuros traductores, Faraldo insistió en que la traducción debe abordarse con una finalidad en mente.

Puso como ejemplo un diálogo del relato "El confín del mundo" (en El último deseo) para explicar que el habla campesina que allí se encuentra no es un dialecto concreto existente, sino que lo construyó a partir de muchos elementos diferentes para resolver el problema de traducir el polaco de Sapkowski. La base principal son los dialectos de la zona norte de Extremadura, a medio camino entre el castellano y el leonés, con aportaciones de Talavera, su ciudad natal, y recuerdos de la forma de hablar de su abuela.

Explicó que la traducción de los arcaísmos fue especialmente complicada, ya que en la tradición literaria española el uso de lo castizo, de formas que recuerdan a la literatura del Siglo de Oro, está extendido (citó a Cela o Unamuno), mientras que en polaco este recurso es algo muy nuevo. Para mantener el efecto, pues, elevó el nivel de los arcaísmos.

Lo mismo sucedió con las expresiones soeces y vulgares, que en polaco son mucho menos frecuentes en el lenguaje literario. Para conservar el impacto sobre el lector del uso deliberado de estos tacos y palabrotas, había que darle otra vuelta de tuerca en castellano.

El fin buscado era sorprender al lector español tanto como el original había sorprendido a los lectores polacos. Comercialmente, se trataba de que se apreciase que Sapkowski era algo distinto. Y funcionó. Segun Faraldo, se vendió a los lectores un lenguaje, algo excepcional en la edición de fantástico.

Sobre la necesidad de incorporar material al original, puso un ejemplo igualmente de "El confín del mundo" en el que, para justificar una referencia a una expresión polaca al final del texto, pidió permiso al autor para incluir al principio del relato una frase de diálogo que explicase dicha expresión. El objetivo era conseguir que las referencias del texto fueran inteligibles.

Añadió que el traductor debe ser honrado y admitir que, aunque su trabajo es creador, su función es la de servir de medio. Y como tal, comete errores. Puso como ejemplo el trabajo de una doctora polaca sobre la traducción al castellano de El último deseo, donde ésta halló, sin atisbo de ironía, un significado cultural netamente español en el cambio de una frase que, en realidad, había sido trastocada por error (y subsanada en ediciones posteriores): "... el sol se pone y la vodka se acaba" apareció en castellano como "... el sol sale y la vodka se acaba".

Acabada su intervención, Faraldo respondió a las preguntas de los alumnos, que se interesaron por otros problemas traductológicos que hubiese encontrado. Faraldo citó la gastronomía, que es muy importante en la Saga de Geralt de Rivia, y que en el original siempre está relacionada con la tradición polaca. Probó primero a acercar la realidad polaca al lector español cambiando algunos platos por otros conocidos en España, pero finalmente optó por una mezcla entre referencias españolas y polacas.

También le preguntaron si estaba a favor de usar las notas a pie de página, y respondió que no, pero por otra parte contó que siempre ha tenido la intención de realizar algún día una edición anotada de la Saga. Así mismo, le plantearon la importancia de conocer la cultura de partida, y afirmó que para él era muy diferente traducir del polaco o del alemán, culturas que le permean, que del inglés, que entiende y traduce, pero en cuya cultura no ha vivido.

Otra pregunta fue referida a la traducción de Sapkowski a otras lenguas y la calidad de estas traducciones, y Faraldo respondió que por lo que le consta por su experiencia personal y las constataciones del propio Sapkowski, mientras que las traducciones rusa y checa son buenas (la rusa fue muy criticada por ser inventiva, cosa que Faraldo defiende), la alemana es muy mala y causó el fracaso inicial de la Saga de Geralt de Rivia en Alemania, y la inglesa es insuficiente, precisamente porque no prestó atención al lenguaje.

Finalmente, los alumnos le plantearon a Faraldo la conveniencia para un traductor joven de encontrar a un autor nuevo que ofrecer a los editores, y Faraldo contestó que le parecía una buena estrategia. Y con la pregunta de un alumno definitivamente obnubilado sobre si de verdad que era español, se dio fin a la clase.

2 comentarios:

  1. La saga tiene sus altibajos, pero en general es regular. Desde luego ni el autor es un visionario ni su obra se recordará como un hito de la literatura fantástica. Entretenida, sin más, aunque, a veces, profundamente tediosa y cargante (sobre todo cuando participa el personaje "Jaskier").

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  2. estoy empezando a releer ultimo deseo, la traducción al español tiene palabras fuera de época, solo en una pagina puedes leer "una venta" que la llama 3 palabras después taberna, que la regenta un posadero que lo llama seguido de tabernero. no se venta creo que es poco apropiado pero si va a buscar habitación y cerveza con posada creo que seria el termino correcto y por lo cual posadero no ventero ni tabernero, aunque este ultimo si se puede usar por el marco narrativo. en cuanto historia esta bien, gusto colores .

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