Ha aparecido recientemente esta reseña de El color del azar, de Simon Ings:
Aburreovejas
Como indica la reseña, esta extraordinaria novela pasó perfectamente desapercibida. Probablemente, por culpa mía, aunque su fracaso comercial se inserta en la dinámica más compleja de la dificultad para sacar adelante un proyecto de aire mainstream.
Brevemente, el intento de sacar la patita del género con Malabares y Marelle (sellos que son sustancialmente el mismo, y que sólo se diferencian por haberse integrado el primero en la distribución de Bibliópolis, y el segundo en la de Alamut) me ha permitido comprobar que las reglas del juego para este tipo de libros son distintas que las que conocía. Sin un trabajo concienzudo de prensa y librerías, y sin un apoyo firme por parte de la distribuidora, es imposible abrirse camino en este campo. Vaya descubrimiento, diréis; y sí, algo de ingenuo tiene mi perplejidad. No desconozco que tener buenos contactos es importante para lanzar una línea editorial (después de todo, usé a fondo mi posición en el fandom de la época para poner en marcha Bibliópolis Fantástica en 2002), pero también cuento con un ejemplo de que no es imprescindible: los libros de novela histórica que se han vendido bien o muy bien en Alamut y Bibliópolis lo han hecho sin que yo forme parte de ningún club, y sin esfuerzos especiales de promoción. Parecería que lo que vale para un género (el histórico) no vale para los libros sin etiquetas. Lección aprendida.
En cuanto a El color del azar, os invito a que aprovechéis esta referencia para repescarlo. Es una novela mosaico que parece formada por fragmentos aislados, pero que tarde o temprano se van hilando para formar una gran historia coral del siglo XX. ¡Y qué fragmentos! Los intereses de Simon Ings van desde los preparativos para resistir los bombardeos alemanes sobre Londres en la Segunda Guerra Mundial hasta el tráfico de seres humanos en la actualidad, pasando por las matemáticas y la descolonización. Su mirada tiene un algo que resultará muy familiar a los lectores de género fantástico: sin que en el libro suceda nada sobrenatural (salvo en el prólogo), Ings tiene la capacidad de hacernos ver que nuestra realidad más prosaica es interminablemente compleja e interesante. Trae, por así decirlo, una interpretación de pura ciencia-ficción sobre el mundo.
Este acercamiento me recuerda, como cita la reseña, a otro autor británico, David Mitchell, aunque Ings es mucho menos virtuoso en el sentido exhibicionista del término: su prosa es más seca, más punzante, y más monocorde, pero al cabo engancha como pocas. Con toda mi admiración por Mitchell, que arma estructuras verdaderamente estupendas en sus novelas, prefiero a Ings, porque su corazón está claramente más del lado del género fantástico (y concretamente de ese segmento cínico del género representado por autores como M. John Harrison, Peter Watts o Greg Egan).
Hace poco he podido leer el manuscrito de la nueva novela de Ings, Dark Water, y he quedado deslumbrado. La estructura es muy parecida a la de El color del azar, pero los temas, obsesiones y corrientes subterráneas que la recorren son muy diferentes. Sobre todo, el elemento fantástico es mucho más patente, pero también destaca lo que tiene de novela negra y a veces extraordinariamente violenta. Ha sido una lectura magnífica, y no sé si tendré fuerzas para hacer lo que me pide el mercado y no publicarla.
lunes, 5 de septiembre de 2011
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Off topic: Hola, ¿tenéis previsto publicar 'Mirkwood', de Steven Hillard? Una novela con Tolkien de protagonista no puede ser mala, ¿no?
ResponderEliminar:)
i olfato me dice que este es un buen libro. Lo he visto en Librerias. Lo voy a comprar.
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