Me compré La dama del lago el día en que salió y desgraciadamente me tengo que quejar: la calidad no era la usual. Había un pegote de cola en la primera página, bordes como mal cortados, páginas con la impresión menos marcada, las páginas estaban pegadas, la encuadernación crujía, el texto un poco torcido... ¿Qué ha pasado?
Como conté en esta entrada, tanto La dama del lago (edición coleccionista) como La muerte de Germánico sufrieron un retraso en su aparición por problemas de producción. La imprenta en la que editábamos habitualmente los libros de tapa dura quebró, por lo que la impresión del interior se hizo en circunstancias excepcionales, y además hubo que encargar la encuadernación a una empresa diferente (y, en el caso de La muerte de Germánico, a otra empresa más la impresión de la sobrecubierta). Todo ello impidió que estos libros salieran cuando estaba previsto.
Ahora bien, los ejemplares que yo he recibido en mi oficina de ambos títulos no tienen ninguno de los problemas que mencionas, por lo que es de esperar que éstos se hayan limitado a algunos ejemplares sueltos, y que el resto de la edición esté en mejores condiciones (el sistema de impresión no es perfecto, y siempre hay algún ejemplar defectuoso). Así que no deberías tener ningún problema en cambiar tu ejemplar por otro en tu librería habitual.
Siento, eso sí, la molestia y el disgusto; como tú mismo señalas, estos problemas no son habituales en nuestros libros, pero me alegra que los lectores nos avisen cuando suceden, porque así podemos estar más atentos y procurar evitar que se repitan.
Por cierto, contra lo que muchos lectores creen, las librerías no deben tener normalmente ningún problema en cambiar un ejemplar defectuoso por otro, ya que el coste completo del cambio lo soportamos el editor (que paga el libro) y el distribuidor (que paga el porte). Ningún lector debería quedarse, por tanto, con un ejemplar menos que perfecto.